Imagina esto: un fan está esperando con ganas que llegue el concierto de su artista favorito, y justo en uno de esos días previos al show recibe una notificación con una promo exclusiva de merchandising disponible solo en tiendas físicas. ¿Casualidad? No, es estrategia. Y de eso se trata: de diseñar y activar momentos de consumo tan bien conectados con el contexto emocional del público que parezcan inevitables.
En la intersección entre el marketing experiencial y lo digital, crear estos puntos de conexión es una de las formas más efectivas de lograr un aumento de tráfico en tienda, transformando atención en acción y afinidad en conversión.
Los momentos con mayor potencial no se improvisan. Se detectan, se diseñan y se acompañan con contenido relevante. Para las marcas esto significa estar presentes en los rituales culturales de su audiencia. En el caso de la música, por ejemplo, estar al tanto de lanzamientos, conciertos, festivales o incluso simples momentos cotidianos de escucha. Cuando una marca aparece justo ahí, con una propuesta que suma a la experiencia, la conexión se vuelve mucho más poderosa.
No basta con captar la atención; hay que movilizar al consumidor, al fan. Aquí es donde entran las estrategias de drive to store: acciones pensadas para traducir una interacción digital en un paso concreto hacia el punto de venta.
Esto puede lograrse con códigos QR en contenidos en vivo, recompensas exclusivas por asistir a eventos o experiencias interactivas que se completan en tienda. La clave es que la acción tenga sentido dentro del recorrido del consumidor, sin que la misma se sienta forzada o desconectada.
El contenido sigue siendo el rey, pero el contexto es el reino. Crear piezas creativas que se adapten a cada canal -y a cada momento- es fundamental. Por ejemplo, mostrar en stories o reels un adelanto de una experiencia o producto disponible solo en tiendas durante un tiempo limitado. Otra opción puede ser usar contenidos tipo “behind the scenes” que solo pueden conseguir quienes realicen una compra física o lanzar un videoclip exclusivo que solo se desbloquea escaneando un código QR en las etiquetas de los productos vendidos.
Los momentos de consumo bien diseñados aumentan la visibilidad de una marca y tienen el poder de generar un aumento de tráfico en tienda real y medible. En un mundo saturado de estímulos, las marcas que saben aparecer en el momento justo, con el mensaje adecuado, son las que se quedan en la mente de las personas.